Se puede tocar con las palabras lo que no se ve con los ojos, se puede besar con poesía los labios que yacen dormidos; se puede también por un instante infinito... "¡Cambiar el mundo¡".
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jueves, 9 de marzo de 2017

El despertar de la mañana


Podría haberme de vuelto a la cama, reposar mis huesos adoloridos, cerrar los ojos y dormir un sueño hermoso, pero el poder de la mañana  besó mi frente con su aliento fresco, me dejó despierta  y comencé a sentir el abanico de sensaciones de ese andar de madrugada, no iba sola en las calles que me llevan al colegio de mi peque. El bosque con caballos pastando, perros ladrando,  el inconfundible canto de gaviotas, vehículos apresurados, mamás regañando y otras mimando. Miraba el rostro de esos pequeños estudiantes, algunos vivaces, otros resignados  y aún adormilados  por el regreso a las aulas. 

El sol se posó en mis cabellos y puso su mano en mis hombros, como si supiera que cargo el peso acumulado de un largo cansancio. Esta vez me quedé quieta llenándome  de su energía, mientras cerraba los ojos pensaba en esos comienzos que no hay que dejar a medias en el teatro de la vida,  donde el actor debe continuar su obra sin hacer notar al público sus penas y dolores del alma.

Entonces…, proseguí mi camino hasta llegar a mi escritorio y ahí estaba, iluminado por el sol colándose en mi ventana, con mi pc encendido esperando ansioso que llegara y describiera el despertar de la mañana. Ah!!.. llegar a casa y encontrar las calidez de mis paredes sólidas,  evocando la cita con mi café que aún espera para abrigar mis manos heladas, son los aromas de vísperas de otoño que de mi jardín emanan.

Vivian Ceori ©® 
Pintura: Yuri Yarosh, 1969, Rusia