Anoche
las gotas golpearon mi ventana, sacudió el viento las paredes del recuerdo, llovió
sobre mi lecho desolado, murmuró el sonido del agua, se enfrío mi cuerpo cristalizado
y me desvelaron los pasos de la
ausencia.
Azota
fuerte el viento
en
mis pensamientos,
se
revuelve el amor,
se
marchitan los versos,
al
ver que marchas
mientras
la lluvia cae
y
sólo quiero oír tu voz
al
otro lado de mi pecho.
A
veces los ojos
se
vuelven taciturnos,
mientras
veo volar
las
hojas por mis pasillos.
¡Hoy
más que nunca!
mi
cuerpo necesita tu abrigo.
A
veces soñarte, no es fácil…
¡Amarte!…
solo sé de eso,
pero
hay momentos
en
que necesito tu mirada,
y
no inventar esos ojos
que
se borran con el tiempo.
Azota
el viento en mi amado puerto
la
lluvia cae ensimismada,
y
yo tan sola en mi lecho
la
acojo en mis sábanas heladas,
para
quedar una vez más
con
el alma congelada.
¡Ay!
de tanto pedir que lloviera
el
agua se volvió mar de lágrimas,
saldré
a deambular por las calles
para
mojar tu recuerdo,
a
ver si al volver a casa
te
encuentro prendiendo el fuego.
“Ceori”
– Del baúl de los recuerdos