Se puede tocar con las palabras lo que no se ve con los ojos, se puede besar con poesía los labios que yacen dormidos; se puede también por un instante infinito... "¡Cambiar el mundo¡".
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viernes, 17 de febrero de 2017

Quisiera no perder las alas

De las tantas cosas que quisiera, el mar es una, después tu boca, y entre las alas de mis gaviotas, volar hasta tu umbral también quisiera.  Viajar hasta el horizonte donde me esperas, después volver entre jardines y quimeras.



Quisiera derramar sobre tus hombros,
plumas de colores que abaniquen tu rostro,
besar tu frente mientras dejo mi huella
indeleble y abatida frente a tus ojos. 

Quisiera entre el ayer y el hoy
haber viajado hasta ti para tomar tu mano
y cabalgar juntos por este paraíso apacible
donde algunas vez  sonrisas de amor
y besos locos alborotaron
los sueños intrusos de mi alcoba.


Quisiera ir sembrando amor…
Amor!! y más amor sobre tu boca
para que en pequeños triunfos
bebamos ansiosos de la misma copa.

Quisiera permanecer en tu  regazo
a salvo del dolor del mundo,
mecerme en tus brazos sin atarme
y después volar sobre el mar y la bruma.

Quisiera despertar una mañana
perderme en tu cuerpo y en tu alma
para luego quedarme en ti arraigada
y jamás los vientos frescos despojaran.

Quisiera simplemente quedarme
sin dejar de alzar mis alas…

Vivian Ceori ©®


Imagen: Arte-Nene Thomas





miércoles, 1 de febrero de 2017

Nos dimos la mano y la vida


¿Y si en ese viaje nos dimos; la mano, la vida?
¿y si en ese viaje sentiste a ratos la mirada perdida?
…Hoy despierto de un hermoso sueño
donde viajé junto a ti por mis rincones,
donde te miré de frente y escuché la voz de tu sonrisa.

En una copa donde la noche se hizo día
entre los vaivenes de emoción y melancolía,
recordando las fragancias y colores del valle
y evocando a la gran mujer de la poesía.

Inmensas piedras fueron nuestras aliadas
con una cascada llena de historias y versos,
donde cruzamos un abrazo, petrificando
nuestras lágrimas emocionadas.

Soplaba un viento de dicha,
vestido de azul, oro y verde,
cantaba el mar y las caracolas,
clamaban al cielo las gaviotas,
y las huellas de mi playa
van a la otra orilla ansiosas
de recorrer tus memorias.

 ¡Sí!... en ese viaje nos dimos la mano y la vida…
Mientras a los pies de un ocaso vi pasar
la grandeza de tus alas.

Vivian Ceori ©®


En honor a Grace Bacino (Uruguay)
Imagen: Web


viernes, 13 de enero de 2017

Anclada a mi playa

El mar; sabe de sal, sabe vencer. La mar; sabe danzar, sabe beber. El mar; sabe a tu amor y sabe ayer. La mar; mece mis sueños y los tuyos también…


Anclada a mi playa, suspirando en la ausencia,
me dejo bañar y mecer por su esencia,
con las olas se van todas mis penas,
y al llegar a la orilla las tuyas me llegan.

La mar; mi libro de agua, mi canto de arena,
aquella que sujeta mis versos silentes,
¡los besos que en verano quisieran poseerte!.

¡Ay! sin el mar mi amor no resistiese…
Supieras cuánto le hablo en tu nombre,
supieras que conoce hasta tu silueta,
tus ojos taciturnos, tus manos de veleta.

El mar; compañero fiel de mis andanzas,
amante apasionado, devorador de añoranzas.
Me levanta inundada de despertares desolada,
pero con tu voz estruendosa en mi almohada.

La mar; agua renovadora de esperanzas,
incansable moldeador de mi pluma,
tinta de viento y arena descubriendo
paso a paso los capítulos que mi corazón guarda.

Oh!! el mar… guardian y protector de una gaviota
que anclada a su amor, espera, y sonríe mientras
la vida pasa y la tarde se vuelve prosa.

Vivian Ceori ©®
Pintura: Jone Arrubarrena


Pintura: Jone Arrubarrena