Una vez más
el piano suena ensimismado, pidiéndole al tiempo que vuelva, para cruzar esas
distancias que nos bañaron en sueños, para volver abrazarte en el rincón cálido
del corazón, para tenerte conmigo, para hacer de ti un racimo de versos. Una
vez más los lagos se recogen tímidos para suplicar al cielo, el sol cubre de
sombras heladas mi ceño, las flores te buscan ¡oh mi eterna primavera!, y el
amor pintado de azul se refugia en el verde misterio que deja entrar la luz en
mis penumbras.
Caminos
infinitos nos esperan en el ayer, ese que nos hizo danzar de alegría. Como
fantasma te esfumaste amor adolorido, y te quedaste en mis gotas eternizadas,
como lágrima congelada que solo se desvanece cuando logro sentir tu presencia.
Entonces la melodía se eleva desatorando mi sentir, es como si volara hasta llegar
a tu umbral, te miro desde la distancia a veces cruel y acongojada, y me quedo
quieta esperando por el eco de un te amo tardío…
¡Ay!
una vez más el piano despertando las letras nostálgicas de mi alma, para
recordarme que en ese castillo inventado, está el príncipe que me espera. ¿A dónde
has ido mi vida?, ¿a dónde caen las lluvias tibias que navegan de amanecer en
amanecer hasta rendirse con la noche?. ¡Ay! el rostro de la ausencia se hunde
en la almohada, me duermo con mis manos cruzadas, soplo en medio de ellas, a
ver si el hada de los sueños logra mantenerme atada a ese mundo tuyo y mío,
donde puedo pedirle una y otra vez al tiempo que vuelva, para caminar junto a ti
sin temor a que se esfume el recuerdo.
"Vivian Ceori/Pintor: Pino Daeni"
