con el
filo de las palabras
con el
roce de tus dedos
con la
voz que no calla.
Mátame al
despertar
con una
sola tonada
y déjame
caer bajo el manto
de una
noche estrellada.
Has de mi
historia fortuna
déjame a
mí sin tajada,
que mi
destino es sin lucro
y por
verte tocar
pago mil
lágrimas.
Mátame los
sueños
que
vagaron en tus canciones
y deja
solo los restos
que
agrietaron mis sensaciones.
Mátame y
no pares de cantar,
porque en
tu melodía me pierdo,
mátame
nota a nota
como si
fueran puñaladas.
Y has de
mis cartas de amor
un borrón
que has de botar,
entre tu
vida y la mía
en una
tierra lejana.
Canta
feliz por la vida
mientras
derramo mi sangre
y vete
por toda la orilla
de mis
heridas sin aire.
Mátame
suavemente
pero sin
dejar de mirarme.
Vivian Ceori
