Se puede tocar con las palabras lo que no se ve con los ojos, se puede besar con poesía los labios que yacen dormidos; se puede también por un instante infinito... "¡Cambiar el mundo¡".
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sábado, 20 de enero de 2018

Nuestro Viaje

“No traigas una gran maleta, solo lo suficiente para  tomar un café en la orilla del mar, bufanda o pañuelo que allí siempre está fresco, unas gafas para que el sol no nos detenga al caminar horas y horas por los caminos de arena, un pantalón cómodo para bailar con las sombras de la tarde y por la noche cuando el silencio busque cobijo una pequeña tonada que te arrulle”.


No te ofrezco un viaje sin vaivenes, tendremos olas bravas y mansas, aguas claras y turbias, te ofrezco los remolinos de la vida para que aprendas a navegar  y a respetar las pausas.

Te ofrezco las velas de la libertad para que puedas tomar decisiones y también los ocasos y amaneceres que endulzarán  tus sin sabores.

Si un día al navegar te sientes dichoso, agradece al universo la grandeza de ese gozo y si a veces la tempestad azota tu rostro,  no te aflijas porque llegarán nuevos logros.

No te ofrezco nada fácil porque la vida no es simple, sólo te entrego herramientas para que aprendas a usarlas y pinto con acuarelas paisajes que le darán  luz a tu alma.

Y si aceptas este viaje  que te ofrezco con un destino incierto, no te prometo que llegaremos tan lejos, pero  sí te aseguro que en cada puerto me detendré a mirar tus ojos soñolientos.

Te tomaré la mano y miraremos juntos la línea del horizonte que separa al infinito de un vacío inmenso. Navegaremos hasta alcanzar  uno que otro sueño, mas los otros los dejaremos para nuevos viajes que inventemos.

“Y para finalizar si tienes frío o calor te vestiré con un abrazo, de esos que se quedan pegados a tu piel, de esos que cuando cierras los ojos duran para siempre”…
Vivian Ceori ©®

Imagen Web. 






martes, 18 de agosto de 2015

Viaje al centro de mi alma


Conozco tan bien esos silencios que duelen,
no son como los silencios que hablan
y también conozco el camino que me lleva  a casa,
el anden, la banca y la estación que me espera,
esa que me vio hacer tantos viajes  de ida y vuelta.

Hoy tomo las maletas en ese silencio cruel
sin decir adiós, solo mirando tus ojos,
lo hago con la frente en alto y con elegancia.

Solamente  el silencio y tú …  no hay palabras…
y yo sin llanto, simplemente absorta,
con mi mente llena de dudas sin respuestas,
callada en la quietud de mis pasos.
Camino  por mis paisajes ensimismada,
llevo tu nombre  como collar de perlas en mi cuello,
prendes de mi pecho y hasta la más suave estaca
me clava el corazón cuando tus palabras enmudecen.

Conozco tan bien esos silencios que duelen,
y no quiero que ese enorme vacío tembloroso,
tedioso se pose en nuestra infinita distancia.
¡No quiero que duela como herida que desangra!
marcho antes de que ya no tenga fuerzas en las alas…

“Ceori”

martes, 30 de junio de 2015

Olas viajeras



Pequeñas islas jugando en el mar, un horizonte dorado, orillas espumosas que golpean con las piedras, caminos de maicillo, angostos y largos que llevan a maravillosas parcelas con vista al mar escondidas del mundo. Allí en medio de todo  el gozo que se hace inmenso, ahí en el borde que separa el cielo y el océano, comienza la danza del sol que hace relucir los colores del crepúsculo, robándose las miradas, deslumbrando a las nubes negras, bañándose en el mágico misterio de hojas viajeras, huele a eucaliptus resecos, hierba amarilla, inmensas rocas acompañan el camino, y las piedras talladas por el paso del tiempo, hacen eco con el polvo del viento, la velocidad no permite escuchar el trinar de las aves… entonces cierro los ojos  y lo recuerdo con la voz del pensamiento.

¡Oh! el ocaso que dio paso a las sombras heladas, que susurran a la noche, una tenue luz de fuego que rodea una cuerda de mar y cielo, que embelesa a mi espíritu y se deja adorar por el reflejo de mis pupilas.

“Ceori”