Se puede tocar con las palabras lo que no se ve con los ojos, se puede besar con poesía los labios que yacen dormidos; se puede también por un instante infinito... "¡Cambiar el mundo¡".
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martes, 11 de junio de 2019

La playa en otoño



La tarde escribió pensamientos en la arena, el viento sopló las nubes viajeras, mis manos frías se refugiaban en los bolsillos, mi corazón se sentía débil  pero el sonido del oleaje aceleraba mis latidos con la fuerza del amor al mar. Caminar por esos paisajes es como volver a la vida, sentir la brisa fría rozando tu cara, dejar que los pequeños rayos de sol deslumbren tus ojos, respirar y en cada hálito recargar energía.

No sé cómo pude sobrevivir lejos de él, sin embargo siempre que vuelvo a reencontrarme con las huellas del ayer quedo empapada de dicha y melancolía. Será porque en estos días grises se acrecienta la añoranza y el deseo de permanecer refugiada al calor,  se busca la dulzura entre nubes y sollozos, la soledad se vuelve compañera y los cristales hacen llover las ilusiones en tu ventana.

Son las secuelas del otoño que penetran a mi alma y  también a mis huesos, son las ventiscas que se cuelan por los tejados, las flores que se guardan, son los jardines tristes y sin colores, son las calles vacías,  el olor a tierra mojada y es la ausencia de ganas de salir a conquistar el mundo.  Es una larga espera del paso de las estaciones para volver a  vestirse de primavera.

Vivian Ceori ©®
Relatos de otoño 2019



martes, 12 de junio de 2018

Corazón de escarcha


“Hace rato que no sentía a mi corazón de escarcha estremecerse, este otoño congela hasta los sentimientos, pero entre el viento que golpea a mi alma a ratos fugaz e incierta, un susurro de tu lejanía llega hasta mi oído entibiando las notas que guardo con el perfume de tu recuerdo. Lleguen hasta ti las de mi corazón comprimido"...


Mi corazón y el mar ya saben que se viene un temporal, escucho las hojas de los árboles conversar con el viento, las gaviotas con su canto desesperado, las calles de a poco van quedando vacías, el silencio hace ruido en los tejados rotos. ¡Ay!! este otoño crudo cómo nos ha abofeteado, son las primeras heladas, se congela todo, hasta el soplo de amor lejano, hasta las estrofas guardadas impacientes al calor de un recuerdo del verano.

Desconozco el frío que por este tiempo me lleva de su mano, su piel áspera, su voz  dura, sus pasos gélidos, sus movimientos bruscos; a ratos quema y mira con ojos cristalizados que me desconciertan, no dan ganas de salir a caminar por la imaginación, no me permite vislumbrar mis paisajes verdes y golpea tan fuerte como ráfagas que azotan las paredes de mi alma, como el mar que furioso arroja su espuma en el muro que lo enclaustra.

El cielo negro se parece a las sombras de la noche, se prepara para derramar las lágrimas por años acumulados de sequía, esta vez mi corazón tiembla, y solo atino a tratar de abrigarlo con  una manta mágica, de esas que dan consuelo a las tristezas guardadas que salen a deambular en estos temporales que hacen llover dentro de mi coraza.

¡Saldrá el sol mañana!... Lo sé! … bendito cielo!!, benditas ganas de pintar la vida!!... Esperaré paciente a que pase la lluvia
Vivian Ceori ©®

Paintings by Emerico Imre Toth



lunes, 9 de abril de 2018

No hay silencios sin recuerdos




Y nuevamente estamos aquí, en esa hora cómplice que nos amarra, sin cadenas ni obligaciones, sin ti y sin mí, solo en el silencio oscuro de una noche que quiso romper la voz muda de palabras no dichas ni dedicadas.  Entre tantas cosas que quisiera decir mi pluma calla y tu mirada me busca en la penumbra de los sueños rotos, mas el cristal por donde miro nuestra vida pasar sigue intacto esperando ver asomar una luz de esperanza...

Y así pasan las estaciones junto a la velocidad de los días, mientras tu cielo se pinta de azul el mío se nubla y van apareciendo las primeras brisas frescas. No me puedo quejar,  espere paciente su llegada  para poder refugiarme en sus tonos ambarinos, para recorrer la hojarasca de un bosque  solitario pero con tu recuerdo vivo.

Ah!! qué no daría por cerrar los ojos y despertarme en un abrazo tuyo, abrigar mis miedos y cuitas en tu palpitar junto al mío, beber un café perdida en el fondo de tu sonrisa y embriagarme con la dulzura de tus besos. Ah!! qué no daría por ver un ocaso en la profundidad de tus ojos...
Vivian Ceori ©®

Imagen Web