Se puede tocar con las palabras lo que no se ve con los ojos, se puede besar con poesía los labios que yacen dormidos; se puede también por un instante infinito... "¡Cambiar el mundo¡".
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lunes, 17 de octubre de 2016

Luna de Octubre

De noche salen a deambular las esperanzas bordadas, entre el mar y la luna el corazón se hace agua. De noche vuelven las caricias que bajo la luna tus manos en mi cuerpo dejaran.



No eras bruma entre el mar
no eras estela en el cielo
no eras canción de noche
eras la luna en mis cerros.

Y te quedaste mirando
mis ojos fijos de nuevo, 
hasta penetrar mi alma
hasta deshacer el duelo.

Y entre las sombra negras
tu luz se iba asomando, 
no eras un extraño farol 
eras tú en mi sendero. 

Y te seguí codo a codo 
hasta alcanzarte serena,
¡ay luna, luna tan llena
a mis pupilas consuelas!. 

Entre las rendijas del mar
te dejé entrar silente
con tus pasos de plata
me arropaste indulgente. 

Quedamos juntas rondando
la noche pasada y presente,
aquella que se llevó al hombre
posándome un beso en la frente.

Decía que él se marchaba
por sus caminos dolientes
...¡sé feliz con tu mar!...
sé feliz y no regreses. 

Que cuando asoma la luna 
tu corazón viaja en mi mente
para quedarse conmigo 
y desde ahí ser mi fuerte. 

No eras la bruma en el mar 
eras la luna omnipotente.
llenándome con tu caudal 
de sublimes voces elocuentes.

No eras canción de noche
eras majestuosa e imponente...

“Ceori”



lunes, 14 de diciembre de 2015

Un viaje con perfume de ayer

Llegué a eso de las 6 de la tarde el viaje entre los cerros que verdeaban en primavera me traía muy serena. La carretera lucia llena de vida, y el cielo de un azul profundo, susurros mágicos en códigos me decía, sólo lo supe al salir del autobús. El auxiliar no me avisó donde tenía que bajar,  así que de manera obligada llegué al terminal de Salamanca, (tierra de brujos dice la leyenda). Jamás pensé que iba a ser tocada por sensaciones tan inefables y exquisitas. Aunque me podía haber molestado por la mala disposición del servicio, me bajé, caminé directamente a la plaza del pueblo. Ya en los primeros pasos mi sonrisa se abrió cual mariposa en mi rostro. Me dirigí al centro de la plaza y saqué mi máquina para inmortalizar el momento. Ah!! estaba capturando la caricia más dulce de toda mi vida. El sol destellaba entre los agigantados árboles y un viento tibio muy agradable me saludaba.

Cuando vi la alfombra de hojas lilas en el suelo cerré los ojos,  un remolino bailó a mi alrededor, y me dejé envolver por su recuerdo. Ahí estuve unos segundos que para mí fueron infinitos. Luego el camino del autobús me llevó por esas calles angostas donde los árboles y flores a cada costado volvían a sorprenderme con los colores de sus hojas esparcidos a lo largo de las calles. Y ahí vine a saber de qué se trataba.  ¡Era la presencia de mi madre!, la misma ruta que recorrí cuando la despedí con mi rostro pálido hace ya 11 años. Cuando llegué al punto donde me esperaba mi hermana la abracé fuertemente y le dije - nuestra madre me acaba de saludar a mi llegada -.

La estadía estuvo llena de momentos que inmortalicé en fotos y relatos de la familia. El haber estado tanto tiempo separadas siendo casi gemelas nos había pasado la cuenta. Nos necesitábamos de una manera tan especial que disfrutábamos cada momento. Mirarla a ella era ver el reflejo de mi madre y ella siendo la menor me atendía como a la más pequeña. Con un instinto de protección que con tantos años de soledad me hacía sentir completamente como a una niña. Me dejaba querer, los papeles se invertían, y simplemente  me desligaba de las responsabilidades de la vida.

El despertar en Salamanca fue a las 5.30 de la mañana. El gallo cantaba y como si fuese pleno día me levantaba. Caminé adormilada hasta el baño, me amarré el pelo y cuando me miré al espejo, mis cascadas negras se habían sembrado de canas… Otra vez mi madre se asomaba… a través de su recuerdo, sus huellas en mis cabellos impregnaba.
"Ceori"