Se puede tocar con las palabras lo que no se ve con los ojos, se puede besar con poesía los labios que yacen dormidos; se puede también por un instante infinito... "¡Cambiar el mundo¡".

miércoles, 27 de enero de 2016

No le mientas a la luna

Ahí estaba ella,
escondida entre la bruma,
destellando entre las nubes
que refrescaban la noche.  
Callada y pensativa,
solitaria y cautivante.

Sollozaba, soñaba,  
cantaba y entristecía.
Un quejido en el alma
la confundía.  

Y al son de sus latidos
las dudas caían.
Una a una en el mar
su corazón comprimían.

¡Ay!... haberle visto
con los ojos del engaño,  
dejarlo al descubierto
y saber que todo fue en vano. 

Ella digna y elegante.
Él audaz, endiosado y arrogante. 
Ella dama de hierro fulminante.

Que no sepa el hombre
que marchita el amor
por mentirle a la luna.
Y creerse su dueño
Ay!! eso sí es locura. 

Él… empujado al abismo,
por sus mentiras ventiladas.
Ella… feliz de sentirse lejana. 

Intocable se queda en lo alto.
¡Ah!.. sabe el mar que la ama
que nadie jamás le hará daño.

Sabe el cielo que la tiene
y sabe ella que no llora,
solo bota gotas de asombro,
por pensar que alguien
intentó jugar con su encanto.
“Ceori”

lunes, 25 de enero de 2016

Reencuentro con el mar

¡Ah! Crujir de olas ansiosas de llegar a la orilla.
poeta de pupilas regocijantes encendidas,
cúmulo de aguas contenidas, rugir de latidos, 
espuma que se desvanece al besar la arena.

Vaivenes de tristezas y alegrías
que fueron parte del mar y de mi vida.
Te entregas a mí… errante y solitario.
Abrazas mis palabras y me miras,
con esa paz que siempre busco.
Me arrullas con tus manos de océano,
me escuchas silenciando a ratos tu voz ronca.

Me esperas como el amante a su dama
que a su corazón enloqueces.
Te miro incansable e indomable
y aún así me fascinas.

Elevas tus olas mojando mi cara,
me saludas coqueto  y seductor,
me invitas a pasear por tu paraíso salado,
y yo me entrego sin pensar
que el amor me espera allá… al otro lado.

Me entrego porque somos tú y yo solos en la playa.
¡Sí!  para amarte mientras cae dorada la tarde,
para encender la luna que tímida nos mira,
para traerte a mí y quedar sumergida
en tu mundo misterioso de ruidos,
cantos de piedras y gaviotas volando.

Me quedo hasta que el manto del crepúsculo llega.
¡Ah!... minutos infinitos de gloria que me extasían.

Y sigo varada en tu orilla, para volver a perderme
junto a la noche fundida en tu pasión…
¡Ah!... Tú  mi mar… y yo tu embrujo de sirena.
“Ceori”


lunes, 18 de enero de 2016

Evocando los brazos del mar

A ti: Agua que corres en mis venas azules, mar que declama en la orilla de mi vida, cielo que  a través del viento me susurra poemas. A ti te llamo… a ti te quiero.

Déjame soñar que vuelvo
a reencontrarme con mis caminos salados.
Déjame inventar que  manejo a mi favor
el paso del tiempo… veloz y acelerado.

Déjame extrañarte tanto
que cuando esté contemplando
tu infinito amor rompiendo las olas,
me recibas como el amante
que perdió  a su amada
en la orilla de un muelle embrujado.

Déjame pensarte mojando mi cara
refrescando mis cuitas y sentimientos.
Déjame quererte tanto
que no quede espacio en el mundo,
para querer sentir nada más que tu aliento
de brisa acumulada,  buscando mis pasos.

Déjame libre para volar  hasta a  ti,
para volver a besarte con la mirada.
Y déjame imaginarte
en mis sábanas ardientes
de noches de pasiones enredadas.

Déjame simplemente
…Ser tu eterna enamorada.
“Ceori”


domingo, 10 de enero de 2016

La inmensidad

El tiempo no es una simple ráfaga que pasa veloz frente a nosotros. El tiempo es infinito e inmenso, cuando hacemos de el nuestro aliado y amigo.

Antes de ti; la miel no endulzaba 
la amargura de mi boca,
el color no se tornaba 
arcoíris en mi alcoba, 
las nubes eran sombras
que llovían en mi alma,
mis ojos taciturnos
sólo miraban paredes
vacías y desoladas...

Antes de ti el canto de la aves
y su existir no me importaban,
las mariposas no se detenían
a contemplar mis jardines,
el mar me amaba triste 
sin pronunciar palabra...

Después de ti;
El mar junto a las olas
nos encontraba, 
tu noche y mi día se tocaban,
el sol y la luna se besaban,
las horas se hacían fugaces
mientras el amor nos alcanzaba.

Antes: silencio que el corazón
no palpaba. 
Hoy; bullicio: de ecos 
a la espera de tus palabras.

Antes: delirio de amor, 
hoy; amor que me hace delirar.

Antes: príncipes inventados, 
hoy; hombre sin temor
a caminar a mi lado. 
"Ceori"

Aquí frente al mundo te digo: Que me niego a entregarte a los brazos del olvido..., mis palabras quedarán aquí… a la espera de tu abrigo.






jueves, 7 de enero de 2016

Memorias de un ocaso


Emerges de las rocas, en acantilados, mirando al mar. Afortunada tienes la dicha de ver dormirse el ocaso y despertar al alba  saludando entre la humedad de la bruma, con perfume marino,  te quedas ahí fiel al viento y al roce de los poetas que te hablan. “Ceori"

En la orilla te encontré,
sobre el abismo
contemplando la inmensidad
y a la vez nada.

 - No te acerques - Me dijiste
- quiero estar sola-
La soledad no te lastima,
ni te traiciona.

Tan frágil te vi,
me dio miedo que cayeras,
y no poder alcanzarte.

Decidido me senté a tu lado;
sino puedo tocarte
...permiteme mirarte.

Asentiste y me quedé
mirando la inmensidad...
mirándote a ti....

Autor: Ania Mometais

Los Vilos, Chile 06 de enero de 2016




lunes, 4 de enero de 2016

Pintar la vida

Deja de llover el cielo para dar paso a los colores, deja de dormir la flor para abrir sus pétalos. Vuelan al viento las ilusiones, en la veloz carrera por alcanzar los sueños, y las siluetas se vuelven versos  que caminan junto a nosotros.  


Hoy pintaré el día para ustedes, pues me será fácil, llevo tres días haciendo esto, remodelando los colores internos del alma. Dándole un cambio al hogar y a ratos salgo a dar largos paseos para respirar el perfume de mi puerto. El pasto amarillea en los llanos, el calor se ha vuelto osado, y el azul sublime del cielo, permite que las nubes jueguen incansables, me invitan a elevar la mirada y a no despegarme de ese paraíso eterno.

Hay colores que son vitales, jamás debe faltar el blanco,  ya que nos entrega pureza y llena de luz todos los espacios, el infatigable verde, que al verse regado del amor de las gotas cristalizadas,  nos deleita con su caricia natural de esperanza.  El  apasionado rojo, fiel reflejo de la sangre que corre por nuestras venas, el azul de mar y cielo, porque en él está la inmensidad del mundo, y el dorado, color de la abundancia que siempre nos saluda  desde el horizonte, acompañado del naranjo y violeta; perfume de lavanda, que emerge del café de la tierra,  no olvidemos el amarillo, que llama al astro sol  que todos llevamos dentro. Así tenemos de reserva el calor y la luz cuando nos hace falta.

De vez en cuando está bien remodelar algunas cosas que evitaban el fluir de la vida, me encantan los cambios, pero siempre os digo que para eso, no hay que perder la esencia. Me encanta colorear la habitación oscura del corazón que nos hace llover tristezas estancadas. Todo lo que sea renovación le hace bien al cuerpo y al alma.  Por eso pinto, para que las acuarelas sean parte de los elementos que hay que tener siempre a mano. Uno nunca sabe en qué momento se nos vuelve gris la mirada.

“Ceori”

Pintor: Paul Bond