Vacié mi mochila en la mesita de noche, no encontré lo que necesitaba solo habían recibos del supermercado, envases de chocolates, una nota recordándome algo que a esas alturas ya había olvidado, una pequeña pluma de gaviota que recogí en mi caminata por la playa, una piedra que simboliza un momento donde grité tu nombre al viento.
En la agenda palabras entrecortadas tratando de hacer poesía. No estaba la chispa que encendía a mi corazón mas este latía pidiendo auxilio a mis ojos que te dejaban marchar. Entre tanto buscar en un saco sin fondo, paré de revivir nuestra historia y la ausencia de nuevo se hizo huésped en aquella habitación.
Dejé de reclamarle al mar el no traerte hasta mi orilla, dejé de disfrazar mis lágrimas bajo la lluvia, dejé de estirar mi mano para hilvanar juntos un mañana. Y entre tanto abandono, dejó de doler tu recuerdo, pude respirar sin el peso del temor a perderte, pude sonreír dando vuelta la hoja del ayer, pude retomar el hilo de mi vida.
Vivian Ceori ©®
Chile 2017/2023
Fotografía tomada por Graciela Bacino