Creer que
fuimos dos en la lejanía
vivir con
tu recuerdo en mis pupilas
saber que
late mi corazón aún con tu partida,
sentir
que se lavan mis penas mientras llueve.
¡No!... no
fuimos un ayer sin huellas
no fuimos
aves sin destino,
fuimos
olas y pasiones,
fuimos
mar de amor consumido,
fuimos
sendas infinitas,
vuelos
que llegaron a un nido.
¡Simplemente
creer amor!...
que
nuestras manos
siguen
atadas en un lazo fecundo,
besarte
con el poder del latido,
esperarte
en mis caracolas inamovibles,
amarte
sin que sepas mis tormentas.
Declamar en
la noche las letras de tu cuerpo
y
perderme en tus sombras fúnebres
que miro
en mis sueños, tratando de alcanzarte.
El
horizonte jamás deja de iluminar
las
esperanzas reservadas de mi despensa,
mis
colores no dejan de estimular mis sentidos.
Y entre
sol, cielo y luna, el eco retumba,
mis alas diversifican
los sinsabores,
mientras
azotan vertiginosas las gotas saladas
en las
paredes de mi alma…
“Ceori”