Se puede tocar con las palabras lo que no se ve con los ojos, se puede besar con poesía los labios que yacen dormidos; se puede también por un instante infinito... "¡Cambiar el mundo¡".

martes, 29 de noviembre de 2016

Despertando al hoy



A  ratos veo el cielo entumecerse entre las nubes, sus gotas finas solo alcanzan a saludar  desde lejos a mi tierra desierta, hoy hasta los pájaros guardaron su trinar, hoy el mundo despierta más tarde,  la brisa parece dormida. 

Sin embargo, este día está lleno de encuentros y de emociones, entre lo gris que puede ser la vida, entre el dolor que puede albergar el cuerpo y el alma, aparecen esas pequeñas luces que asoman como por arte de magia a iluminar nuestros rostros.

Vamos construyendo el día, esa hoja blanca que permanecía muda, vamos poniendo color y sabor a los vacíos que dejaron como consecuencia la ausencia y el silencio. Vamos removiendo las piedras del camino, y saltando los peldaños rotos, vamos solidificando el andar, y de a poco… el universo se nos suma.

Se abren las nubes, los aromas húmedos de mis flores  entonan fragancias de primavera, susurra el mar  tímido y flojo, estirando sus brazos rugientes de espuma,  aparecen las gaviotas, y ya todo cobra sentido…

Es el poder del amor que te levanta, es el querer que te invita a descubrir las sorpresas  de un nuevo día, es el valor que le das…, es el color que le pones.
Vivian Ceori




miércoles, 16 de noviembre de 2016

Ventana a la luna

Entre susurros de luna, rodeada de montañas y mar, camina por la mañana, ella en soledad, sin contarle al mundo que muere por amar, entre los sueños de luna que la vienen a buscar…

En ese fogón de una noche de fiesta
traté de capturarla entre mis ojos,
le imploré tantas cosas en secreto
y en aquel ruido de la multitud  
me refugié en una ventana a la luna…

Estábamos ella y yo confesándonos
aferradas a una buena copa de vino
añorando el amor que osó abandonarnos,
estábamos taciturnas y encendidas
aguardando las huellas de aquel hombre. 

A la espera de que su magia
y el perfume de mis letras
trajeran en ese preciso momento
al ser que tanto se añora…

Llegó de madrugada desde una gran montaña
me besó tantas veces que quedé embriagada,
luego se fue durmiendo con el sol naciente
¡ay!... ¡la luna me abandonaba!
y el hombre también... para siempre…

Antes de que marchara 
me miró implorando disculpas
con la esperanza de verme a la siguiente luna,
desde mi ventana le vi, con su pañuelo mojado,
eran sus lágrimas amargas por todo lo que he
reprochado.

No hay noche que no lo sueñe, jamás lo olvidé,
y no hay día en que me convenza
de que por amor lo dejé. 

“Ceori”




Cada nota de plata, cada rayo de Luna... la noche dice tu nombre... los ecos de mar susurran y la pluma que te nombra, entre recuerdos y bruma... ¡Ah!... una noche como ésta!... lleva romances de Luna…

viernes, 11 de noviembre de 2016

Tiempos de reconciliación

Voy en uno de esos viajes que disfruto a placer junto con el vaivén de la carretera, voy persiguiendo la espuma del mar, grabando la arena de mis paisajes amarillos  y jugando con las blancas nubes. Voy feliz derrochando la tinta de mi pluma, porque abrazaré a la hermana, al amigo, porque allá en la otra orilla alguien me espera. Sonrisas, caricias, miradas serenas y la emoción del encuentro….
Porque le llamo tiempos y no simplemente tiempo de ese que pasa veloz y se esfuma. Porque cuando estamos en tiempos de reconciliación, el tiempo pasa lento y pausado. Todo aquello que hizo daño pasa al olvido y aparecen los momentos buenos, aquellos que nos hacen sentir que este tiempo que nos regalamos para reconciliarnos efectivamente vale la pena.

No es un segundo capítulo de una película, ni una segunda oportunidad que puede ir directo a un fracaso. Es una predisposición de las partes para vivir en armonía. Tiene más beneficios que dudas, porque de aquello que dejó una enseñanza, mismos errores no han de volver a tropezarnos.

Tiempos con aires nuevos, con una mirada serena, con perfume de osadía y también de fuerza guerrera. Tiempos en que tienes un lugar ganado y no necesitas demostrar nada. Simplemente vivir estos tiempos en que todo aquello por lo que has luchado la vida te lo devuelve como un bendito premio.

En estos tiempos donde inevitablemente todo cambia, las reconciliaciones son muy escasas pero existen; en aquellas personas que no vivimos del ayer, ni del rencor. Personas que creemos en que los cambios son nuevas oportunidades para volver a nacer. 
Vivian Ceori




martes, 8 de noviembre de 2016

Un abrazo de adiós junto a un ocaso de lágrima


Le dio un beso salado que presagiaba una amarga despedida, ella no fue capaz  de mirarlo a los ojos, lo abrazaba tan fuerte como queriendo llevarse su piel, su perfume y hasta su alma. Solo ella sabía en sus silentes palabras,  que al dar la vuelta ya no le vería. El amor para ella estaba prohibido, una vez más el amor se desvanecía como agua entre sus manos, y la vida se lo arrancaba junto con la felicidad de saber que existía. ¿Se lo llevó la bruma?,  ¿se lo llevó el viento…, se lo llevó la mentira de vida?, a éstas alturas ya nada importaba. Porque esta vez conoció el calor de su cuerpo, la humedad de sus besos llenándola de deseos, pudo sentirlo, escuchar sus susurros ardientes al oído, pero él no le pertenecía y ella encarcelada en el laberinto de sus secretos ya masacrados y sintiéndose perdedora de su guerra interna, no podía luchar por la libertad de caminar ante el mundo de la mano de su amado.  

Se despidió en cada abrazo infinito al latido de un corazón acongojado, en cada lágrima que rodaba,  y en cada sollozo desconsolado. Al llegar a casa no hubo más llanto porque el humo del café nubló sus ojos ya empañados y abrigó sus manos entumecidas. Se sentía tan pérdida, tan sola... y tan sepulcral fue el silencio de sus cuatro paredes blancas,  que al mismo tiempo la golpeaba estruendosamente. Puso la música de una pequeña radio en su mesita de noche, la cantante Adel le regaló su repertorio más triste, lloró hasta la madrugada, hasta que se enfriaron sus manos, hasta que sus ojos se hincharon, hasta que la palabra adiós ya no dolió tanto, hasta que se apagó la chimenea. Y quedó sonámbula en su noche de desvelos y extrema amargura…,congelada ante la oscura capa nocturna sin poder ver el reflejo de la luna y el titilar de las estrellas.

Estaba con su mirada vacía de ilusiones, pero muy consciente de que también debía estar lista para levantarse al otro día, lista para sonreír haciéndole pensar a su corazón que esta vez no sufrirían, pero por dentro estaba recogiendo los cristales rotos de la ventana de su Alma. 

Sus horas pasaban agonizantes entre la pena que ocultaba. ¡Pero el mañana llegó!!,  ella digna y elegante su sonrisa dibujó con los ojos llenos de melancolía que muy bien maquilló.  Y se fue!!…, se fue a buscar la aventura del nuevo día, se fue y tomó la mano de quien siempre la esperaba.

Caminaron dos amigos sin destino, sin ayer, sin promesas, y sin mañana por la orilla de la costa conquistando nuevamente a las olas. Una dama y su fiel caballero surcando la tierra y  el océano. Con lazos de cariño, arte y poesía.

Ella salió de su cárcel emocional a capturar pedazos de momentos. Ya no estaba sola, la vida le regalaba un pequeño trozo de dicha y valía la pena disfrutarlo.  
“Ceori”





lunes, 7 de noviembre de 2016

Despieta amor mío, la música te llama

Entre el cielo y la tierra, hay espacio suficiente para la danza, para elevar las notas que salen del alma, para revivir el recuerdo de muchas tonadas, para cambiar el ritmo y estirar las alas.




Entre el cielo y la tierra la melodía clama,
llega hasta a tu boca hecha poesía,
llega hasta tu cuerpo rozando escamas,
llega hasta tu muro derrumbando palabras,
¡y se queda!… ¡porque la música revitaliza!,
porque ella me extasía,
porque en ella viajo hasta tu balcón
y me quedo mirándome en tus pupilas 
¡ay!...brillantes y negras aceitunas sin vida…

La música es mi canto de amor
que hago llegar a tu mañana.
La música es mi consuelo de tinta
hecha susurro de pasión y plegaria.

¡Despierta amor mío!...
La música te llama… y no solo eso
…Mi corazón te ama…
“Ceori”

Imagen: 0rachelkolly dalba –Violin desert

Martha Psyko - violín 







viernes, 4 de noviembre de 2016

Volver a volar

Podía escuchar mi corazón latiendo. Podía escuchar el corazón de todos, sentados allí, podía escuchar el sonido humano. Ninguno de nosotros se movía. Ni siquiera cuando el cuarto oscureció. Y creo que escribir eso. Es escuchar el latir del corazón. Y cuando lo escuchamos nos corresponde a nosotros descifrarlo.


Extrañaba ese palpitar de corazón de mar,
extrañaba las alas llenas de júbilo,
extrañaba la arena bordada de oro en mis pies,
el sonido azul de mis olas agitadas,
la espuma rebosante de pasiones,
extrañaba el canto de mis caracolas,
y el vendaval en plena tarde abofeteando mi cara…
La brisa fría de primavera arremolinada
y el silencio hecho palabra, tras palabra…

Después de días dormida... Vuelo lento, vuelo bajo…
Extrañaba contemplar desde mi ventana las huellas
de aquellos que añoran mi llegada.
“Ceori”



Había llegado a creer que el vuelo de las ideas podía ser tan real como el vuelo del viento y las plumas. (Juan salvador Gaviota)