Existe un lugar que se
llama felicidad, ahí se encuentran los paisajes más hermosos, está
lleno de amor, comprensión, solidaridad y bondad, en él vivimos los mejores
momentos, aquellos en los cuales nos refugiamos cuando la vida nos recuerda que
la felicidad es pasajera y como todo lo bueno viene y va. Sin embargo ese lugar
jamás cierra sus puertas, no tiene fecha ni hora y siempre espera
que algún día volvamos a cruzar su umbral.
Existe otro lugar que se llama tristeza, sus paisajes son opacos pero no pierden su belleza, ahí la vida nos recuerda que debemos aprovechar cada momento porque tarde o temprano ella se apodera de nosotros, pero al contrario de la felicidad, la tristeza nos acoge con sus lágrimas, con su nostalgia, miedos e inseguridad y también nos abraza para consolarnos pero nos abre la puerta para dejarnos marchar.
Existe también un lugar que verdea ante nuestros ojos y hace permanecer a nuestro corazón con la ilusión de tener buenas noticias, ese lugar se llama "Esperanza", aquella que nos mantiene expectantes y añorando ver algún sueño hecho realidad.
Todos esos lugares están dentro de nosotros, donde cada uno en su habitación interna va remodelando, lo decoramos a nuestro antojo, depende de la mirada y la actitud con que tomamos las cosas. A veces no elegimos nosotros el lugar que nos tocará recorrer en el día a día, pero si mantenemos la puerta de la esperanza siempre abierta es posible que seamos más felices sin desmerecer a la tristeza, porque cada vez que se sonríe ante la adversidad logramos aprender a ser felices.
Vivian Ceori ©®
Pintura: Web