De ti me aferraré.., ¡oh estación
de renaceres!, beberé de tu néctar, de los dulces placeres, de la boca que
sueña sentir tus labios dormidos; en ti
recorreré, los tonos ambarinos, me llenaré del perfume de tus flores, danzaré
una fiesta tricolor, soltaré el suspiro que escondo en mi jardín de amores secretos, y me detendré a contemplar
la belleza de tus amaneceres.
Horas más largas, para pasearme
contigo, de la mano y con el viento, ¡amor
como testigo!, en los llanos, en la costa y en un viaje sin destino, de ti me
aferraré sin esconder el tiempo ambiguo, sin mirar atrás, dejaré los recuerdos en el
olvido y me sumaré a tu marcha de fugaces pensamientos, seremos dos locos jugando
a volar cometas, juntos sin temerle a lo
desconocido. Sólo la luna y el sol serán testigos, de este sueño… ah!! sueño de locura y amor que quiero vivir
contigo.
Y en las pausas que
iremos haciendo, comeremos los
frutos prohibidos de ese huerto que sembramos, les veremos caer en nuestras manos y nos saciaremos de su almíbar hasta caer embriagados. Desde el
bosque que cruje con su hojarasca molida, miraremos los cerros verdes como en
antaño, correremos tras las huellas que otros han dejado y seguiremos hasta la
cumbre hasta alcanzar un milagro.
Septiembre huele a romance de
eterna primavera, por ella inventaré mil sendas de poemas, con la tinta colorida
y sin sombras en mis hojas. Septiembre me
da luz, ahuyenta la congoja, me despierta con ganas, me da un hálito de vida, y en él soplaré mis
versos que se irán como estampida, a
clavarse en las almas que les den su
acogida.
“Ceori”