Abrigo con el calor del café mis manos, me sumerjo en la oscuridad de su fondo y suena un eco
entre mis montañas oceánicas, la nota
que lleva tu nombre, mi piel se eriza, mi corazón se estremece, y el mar me
calma…
Somos
dos locos suspirando de amor, que escondemos nuestros sentimientos por miedo al
dolor, somos la luna que sigilosa espera al sol, soñando con el encuentro
que pueda llevarnos a nuestro lecho de amor o de adiós.
¡Ay!!...
en este invierno de gélidas madrugadas, la noche y el día, ¡amor mío... nos
separan!, somos dos almas sufriendo desamparadas, sin la mano que aprieta y el
abrazo que nos arma.
Somos
miradas distantes y ensimismadas, pero con el corazón ardiendo en llamas, somos
dos locos tan cuerdos, que la verdad nos desnuda, sabiendo que nos necesitamos,
vivimos en brumas.
Somos
fantasmas metidos en sábanas, invocando la piel y el sabor de los besos. Somos
canción que cala los huesos, nos estremece la voz del violín desgarrando
nuestros secretos.
Somos
sin duda un suicidio de amor, que se escribe entre sombras y llantos sin voz.
Somos la espada que penetra en el pecho, que hace sangrar al alma y al corazón
deja perplejo.
Somos
el fuego que hierve en las venas, que se apaga con lágrimas tuyas, mías..., del
cielo y de la tierra... murmullo inconsciente lleno de quimeras, somos dos locos muriendo de pena...
Vivian Ceori ©®
Pintura: Irina-Vitalievna-Karkabi
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Vivian Ceori