Los viajes son como pequeños soplos de aliento que me ayudan a retomar el hilo de la vida. Conversar con la carretera es escuchar las inquietudes que palpitan en mi cabeza suplicando ver todo desde el otro lado de la montaña. Sea cual sea; motivo, razón o circunstancias que me lleven en este viaje, son suficientes para aunar mis sentires y devolverme la armonía.
Estos vaivenes de ahora no son los mismos de hace veinte años. La mirada se anticipa a la resignación y la calma; me falta tiempo para organizar mi pizarra de eventos diarios, pero reconozco que a veces quisiera no hacer nada. Solo ver el horizonte mientras desfilan las palabras aferrándose a mi pluma. Sólo dejar que la imaginación se adentre por mis sendas misteriosas y que el viento susurre canciones a mi oído.
Y que agradable sensación estar así; que gratificante es dar vuelta la hoja, tomar aires nuevos y recomenzar. Porque de eso no hay duda "todo vuelve a comenzar ".
¿Si acaso sé que voy hacer?, pues naa..., ¿si acaso voy a mirar el ayer?... ¡tampoco!, ¿que si me duele el abandono?...,¡es lo de menos!. Aprendí a decir adiós hace tanto tiempo que prefiero pensar en los dulces reencuentros.
Así cada vez que la carretera me aleja del mar, mi alma viaja veloz, mi corazón vuelve a latir intensamente, porque sabe que volveré corriendo a sus aguas como eterna enamorada de su oleaje. Anhelante y deseosa de sus besos...
Vivian Ceori ©®
#Reflexiones2021
Link: A donde vayas. Soledad
https://youtu.be/CAhOvgSmZRM
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