Y si en la espera el corazón se sienta a ver como pasa la vida. Y si en la espera tal vez se curen las heridas. Y si en la espera el tiempo tiñe de blanco los cabellos... El querer se queda atorado entre el todo y la nada.
Confieso que he hecho de todo para no tener un minuto de quietud, desde pintar las paredes de casa, hasta armar muebles como rompecabezas, todo lo necesario para no sentarme a pensar o ver la tristeza del mundo pasar frente a mis ojos. A veces la necesidad del mar se hace tan grande, que siento mis pupilas anhelantes de sus olas. En este camino lleno de cambios; algunos obligados, otros por decisión propia, he puesto una vez más una pared imaginaria que me protege de esos sentires que a veces aprietan la garganta. Me la paso esquivando los recuerdos que comprimen a mi alma, desafiando los resultados de algunas enfermedades nuevas que aparecieron de la nada, así mismo se marcharon dejando solo ojeras en mis noches gélidas de madrugada.
Ahora mismo el vendaval me tiene atraída en uno de mis rincones favoritos siempre buscando la luz de una ventana, me siento como una débil flor buscando un rayo de sol que fije mis raíces a esta tierra, mas ya sé que anclada estoy a mi puerto, sé también que como todo cambio uno se va deshojando junto con las estaciones. Aunque debo reconocer que en mis mañanas he sentido que el sol me ha engañado al esperar con esperanza que me abrigue, era solo su resplandor invitándome abandonar las sombras heladas, sin embargo todavía necesito un poco más de cobijo para poder lanzarme a esta inhóspita primavera.
Vivian Ceori ©®
#Confesiones2020
Los Vilos/Chile 09/10/2020
Link: https://youtu.be/OJZdNrEKoK8 Ludovico-primavera
Pintura vía Pinterest
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Vivian Ceori