Tímida y
mojada, en frescas brisas perfumadas de bosque y mar, mientras camino el trinar
de las aves me acompaña y evoco los tibios rayos de sol que me dieron un día tu
mirada.
Cantan
las gaviotas en mi techumbre que aún huele a hojarasca. Cantan y dejan sus
plumas en mis jardines habitados por rosas que se niegan a brotar. Una primavera
caprichosa y tardía que sólo a ratos luce con un sol de terciopelo. Los
remolinos de mi mar se van disipando cuando el viento deja de azotar los
recuerdos que golpean los rincones desolados de mi estancia.
Y así avanzan los minutos de mi mañana. Entre el trinar de aves que se turnan para no dejar de hacer música. En el camino que recorro cada día tratando de dibujarte en mi memoria. En el aroma inconfundible de mi bosque de eucaliptus, vislumbrando señales tras el humo de un café mientras miro ensimismada el ventanal, y en la veloz carrera contra el tiempo que me obliga a desaparecer por muchas horas.
Avanza como si corriera tras tus huellas, incansable y sin pausa. Como si me llamaras con tu voz ansiosa de mis ojos y tus manos temerosas de tocarme.
"Ceori"
Y así avanzan los minutos de mi mañana. Entre el trinar de aves que se turnan para no dejar de hacer música. En el camino que recorro cada día tratando de dibujarte en mi memoria. En el aroma inconfundible de mi bosque de eucaliptus, vislumbrando señales tras el humo de un café mientras miro ensimismada el ventanal, y en la veloz carrera contra el tiempo que me obliga a desaparecer por muchas horas.
Avanza como si corriera tras tus huellas, incansable y sin pausa. Como si me llamaras con tu voz ansiosa de mis ojos y tus manos temerosas de tocarme.
"Ceori"
Pintura: Volegov Vladimir
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Gracias por tu visita!!
Vivian Ceori