La medianoche me atrapa entre
sus laberintos de agua, sumida a la luz
de la luna los versos callados hablan…
Escucho el murmullo de tu pensamiento tratando de llegar a mi oído, y escucho las dudas de tu corazón inseguro. -¿Será real o fantasía que logré rozar sus labios?.. ¿o seré yo mortal hombre que yace como un loco enamorado?.
En mi noche te pienso, sin evocarte, sin extrañarte, porque sé marcharás como otros marineros. Y me quedaré otra vez con el mar como fiel amante. -No tengas celos de nada- dije esa noche de confesiones. Pero omití decirte que corro a él cuando el dolor me embarga, que le entrego mi vida, mis lágrimas y que después de haberme sumergido en sus aguas, salgo a la vida como si nada me lastimara...
Así que te confieso; tenle celos al mar, a la noche y a la mañana, a la luna y a las estrellas, porque ellos ocuparán mi tiempo y mis pensamientos. Tenle celos a cada palabra que moldea la figura de mis versos. Y tenle celos al olvido que borra las huellas de aquel que no es digno de mi mirada.
...Escucho la noche, mis olas me hablan, me desvela el sonido de la lejanía y me preguntó - ¿cuán duro es mi corazón para soportar una y otra vez el abandono?-. La respuesta llega en seguida, son mis alas, asusta tanto mi vuelo que todo se hace pequeño ante su grandeza.
Entonces;…
bajaré la guardia y seré mortal, seré mujer, seré aliada... pero me guardaré el
secreto del misterio de mis ojos.
Vivian
Ceori ©®
Imagen Web.
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Vivian Ceori