Se puede tocar con las palabras lo que no se ve con los ojos, se puede besar con poesía los labios que yacen dormidos; se puede también por un instante infinito... "¡Cambiar el mundo¡".

lunes, 13 de abril de 2020

Enigma

Si supieras cuánto guarda mi silencio, cuánto hablan mis ojos en la ausencia de tus besos, si supieras cuánto te busco y que en mis recuerdos siempre te encuentro.


Vuelvo a escribir sobre las páginas de ayer, de esos viajes inesperados que nos reencontraron,  de mis largos silencios aletargados, mis grandes vacíos que hacen eco y que retumban en tu corazón como una piedra golpeado a la roca llena de agua que se rompe como manantial de lágrimas, a veces de alegría, otras veces llenas de rabia o simplemente con la incertidumbre de que no sabes cuándo pronunciaré alguna mísera palabra.  Son los misterios que caminan a mi lado, que se posan como sombras tapando el sol de tus días, sin embargo te pido que saques el velo de tus ojos y me mires, ¡sí!… mírame como el primer encuentro, mírame con el amor inocente, mírame con esperanza porque no soy efímera, siénteme porque mi piel te extraña en la distancia, mi cuerpo te recuerda en el abrazo y el aroma del café lleva tu perfume.

Mis hojas nuevas están llenas de ti, a veces me cuesta confesar que te necesito, a veces mi rebeldía y mis alas hacen que me aleje, porque nací presa de la tristeza, pero me hice libre al abrir mis ojos, porque no soporto las cadenas ni  las limitaciones, porque todo mi ser se despoja de lo que puede perturbar a mi alma.
¡Pero me faltas!, como le falta la luna a la noche cuando en sombras llora sin las estrellas encendidas, como le falta al mar las historias de navegantes y cantos de sirenas, como le falta al ocaso que mis labios pronuncien tu nombre, como le falta al árbol la hoja de otoño que se llevó el viento.

Pero renazco y vuelven a brillar mis ojos de niña inquieta, vuelve asomar mi sonrisa al correr a tu encuentro, vuelve el amor a regocijarse de tu compañía… ¡y luego!!... marcho… desaparezco para dejar mi huella estampada en tu boca y vuelvo a ti cada vez que me necesites. Nunca estoy lejos, siempre soy la voz que te llama desde mis adentros.
Vivian Ceori ©®



Yakuro - Gold... The Color Of Enigma
Imagen: Web

sábado, 11 de abril de 2020

Relatos bajo la luna

Hay noches en las que despierto para traerte conmigo.

No quería volver  allí donde mi mar se había arrebatado, le había tomado una cierta distancia, pero la noche y la luna se hicieron cómplices para espantar los miedos y hacer brillar  nuevamente mis pececitos de plata. Brillaban también mis ojos al verte tan serena, tu espuma ahora era como caricia ligera, mientras los faroles de mi playa se mezclaban con los reflejos de luna.

Era una noche fría donde tanto te extrañaba, que el viento helado me encontró, buscando tus huellas tibias, susurró palabras a mi oído que me llenaron de magia. Me hubiese quedado ahí petrificada, ensimismada en mis recuerdos mientras la luna alumbraba,  pero mi cabeza un poco confundida quería llegar al calor de nuestra casa.

Allí, en esa soledad llena de silencios que hablan, cerré mis ojos y besé tu cara, tomé la pluma que ya llevaba bastante tiempo guardada y dibujé tu cuerpo para que me abrazaras. Ya no había tempestad, llegaba por fin la calma, poco a poco en ese abrazo mis dolores se marchaban, al mismo tiempo que al abrir mis ojos tu silueta se esfumaba. Alcancé a quedarme con el sabor de tus besos y  con las caricias suaves que dormida me dabas.

Nuevamente yacía en el sigilo de la noche, con tu imagen traspasando el pensamiento y la luna titilaba como mil estrellas alborotadas. ¡Ay! eran los latidos de mi corazón que se aceleraban, al tratar de saber si era real o un sueño que me fundí en tu almohada.

Tan fría estaba la noche, tan serena la luna, tan quieto el mar y tan nítido tu recuerdo.
Vivian Ceori ©®

Link: Claro de Luna. https://youtu.be/TVDREzBijRI



Imagen vía pinterest

martes, 23 de julio de 2019

El peso de la nostalgia


¿ A dónde van las lágrimas que se quedan en la almohada o el llanto que se convierte en velo de tus ojos?... ¿ A dónde está la esperanza del ser, el motivo, la vida que a veces nos desarma?.


Hay nostalgia en mi rostro
y en la arena mojada,
el marrón en las nubes
y la piel en la almohada, 
hay bruma en el cielo
y reflejos sin calma,
hay olor a tristeza 
dentro de mi alma.

Y entre el llanto que guardo,
mi silueta engruesada,
el peso de mis hombros,
el dolor de cada llaga,
el color de mi sangre
que de a poco se apaga,
el amor que no tengo 
y la mala suerte me llama. 

Enterrarme yo quisiera
para siempre en mi cama,
morir cada noche
para no sentir nada,
sumergirme en un sueño
donde la apariencia no engaña
y aceptarme desnuda
sin que la vergüenza salga. 

Descansar en el lecho
inundada de calma,
reposar mis huesos
de la mortal carga,
desafiar el destino
que me lleva al abismo
y romper el silencio
que me desarma.

Triturar la pena
que por dentro
me embarga, 
despojarme del miedo
que me traspasa,
lanzarme al espacio
sin merecer medalla
y volver a la tierra 
como dueña de mi alma.

Hay nostalgia en mi rostro
duerme en llanto mi pena
late mi corazón débil
me desnudo ante el miedo
y mi vela se apaga.
Vivian Ceori ©®


lunes, 15 de julio de 2019

Alejate de mí


Yo no lo quiero, Amada. Para que nada nos amarre que no nos una nada. Ni la palabra que aromó tu boca, ni lo que no dijeron las palabras. Ni la fiesta de amor que no tuvimos, ni tus sollozos junto a la ventana. (Fragmento - Farewell– Pablo Neruda)


Aléjate de mí…
que nos una nada,
ni las palabras
susurradas en mi oído,
ni las promesas
que el tiempo desarma,
ni el latir intenso
de dos entregados en la cama.

Apártate de mi camino,
ya no vas conmigo,
mi senda se llama olvido
ese será tu castigo.
Por mil lágrimas
que cayeron de mis ojos
por mil noches
en que soporte tu despojo.
Desaparece de mi vida,
será la última vez que lo pido.

Y si en ese viaje al cual te envío,
intentas desviar tu ruta y volver,
no reconoceré tus pasos
ni tu voz, ni tu perfume,
no recordaré el pasado,
no habrán huellas
tuyas en mi puerto,
ni menos en mis labios.

Serás un extraño habitante
tratando de redimir una historia
de amor que yace desierta.

Para que ya nada nos una...
Aléjate de mí. 

Vivian Ceori ©®

Pintura:



domingo, 7 de julio de 2019

Soledad que me llena


Vengo de caminar de la mano de mi amiga soledad, conversamos largo rato sentadas frente al mar, escuchó mis silencios sin necesidad de hablar y mi corazón volvió a latir por las sendas de mi ancho mar.

 


Hay soledades que nos acompañan
por los rieles de la vida.
por las altas montañas.
por el mar con su espuma
que rebosante nos mira.

Hay soledades que llueven,
desde el fondo del alma
que nos hacen sentir
que aquí  la vida no acaba,
caminar sin compañía
mientras todos se acompañan.

Y entre los silencios que se crean
Siempre hay  alguien que  nos espera, 
hay soledades que son llenadoras
y hay soledades que son traicioneras. 

Mi soledad se distingue de ellas
es soledad que me abraza
es soledad que me espera
es soledad que me busca
es soledad que me llena. 


Vivian Ceori ©®



 



jueves, 20 de junio de 2019

Necesito de ti



Necesito de ti; como los ríos
el agua aumenta su caudal. 
como el mar necesita la arena,
para poder caminar, 
como el cielo necesita las nubes,
para poderte mirar
como los besos necesitan tus labios,
para juntos jugar.

Necesito de ti: del tibio abrazo
que me viene a despertar.
de las mañanas que me sostienen,
para poderte encontrar,
de las flores que necesitan su néctar,
para dulzura emanar,
de los suspiros que roban mi aire,
para hacerme volar.

Necesito de ti: de palabras mudas
que se hablan con sonrisas,
de la mirada que llena,
mis ojos de dulces caricias,
de la simpleza que dejas
al rozar mis sentimientos,
de los sabores que quedan
cuando perdemos el aliento. 

¡Sí!... Necesito de ti
y no lo niego, 
como tú necesitas de mí,
para apagar el fuego,
como el  te amo
se queda en el nido, 
mientras grito sin miedos
que te quiero. 
Vivian Ceori ©®
Imagen: web




Las voces del corazón


“Y al final, no son los años de tu vida los que cuentan. Es la vida de tus años.”  Abraham Lincoln


No es tan grande la casa para sentir este tremendo eco, hay voces y pasos de personajes que no conozco o tal vez mi memoria ha guardado para ocasiones especiales como ésta, el pequeño pasillo me adentra hasta el final de una ventana que una vez imaginé y en cuanto pude la hice posible, en la cocina bien estrecha ya tengo mi café servido listo para  nutrirme de su aroma y beberlo con el sorbo del amanecer que trae esperanza.

La mañana despierta con los ruidos de siempre, con la frescura del invierno que se acerca, con las nubes que hoy parece no me van a abandonar, con mis animalitos sentados al calor de la hoguera, ellos duermen mientras yo escribo, sin embargo así son una gran compañía, puedo sentir el respirar profundo de cada uno, puedo sentir lo afortunados que somos al ser todos una familia.

Hoy los dolores han bajado la guardia, hace rato que me traen con vaivenes, el frío no le viene muy bien a mi cuerpo ni a mi alma, sin embargo busco luz, fuerzas y motivos para no sumergirme en la penumbra de estos días grises y húmedos. Reinventarse cada día no es tarea fácil pero quedarme quieta mirando cómo se me viene encima el desánimo y la nostalgia no va conmigo, porque siempre trato de impulsar a otras personas a que persigan sus sueños, entonces ese eco es el que se devuelve como un espejo y llega hasta mi pluma.

Sé que es más fácil aconsejar que cumplir a cabalidad lo que uno predica y también sé que si el corazón es un guerrero no se va dormir en la espera de los cambios… “¡hay que salir a buscarlos!.

Vivian Ceori ©®
Relatos de otoño 2019
Imagen: web



martes, 11 de junio de 2019

La playa en otoño



La tarde escribió pensamientos en la arena, el viento sopló las nubes viajeras, mis manos frías se refugiaban en los bolsillos, mi corazón se sentía débil  pero el sonido del oleaje aceleraba mis latidos con la fuerza del amor al mar. Caminar por esos paisajes es como volver a la vida, sentir la brisa fría rozando tu cara, dejar que los pequeños rayos de sol deslumbren tus ojos, respirar y en cada hálito recargar energía.

No sé cómo pude sobrevivir lejos de él, sin embargo siempre que vuelvo a reencontrarme con las huellas del ayer quedo empapada de dicha y melancolía. Será porque en estos días grises se acrecienta la añoranza y el deseo de permanecer refugiada al calor,  se busca la dulzura entre nubes y sollozos, la soledad se vuelve compañera y los cristales hacen llover las ilusiones en tu ventana.

Son las secuelas del otoño que penetran a mi alma y  también a mis huesos, son las ventiscas que se cuelan por los tejados, las flores que se guardan, son los jardines tristes y sin colores, son las calles vacías,  el olor a tierra mojada y es la ausencia de ganas de salir a conquistar el mundo.  Es una larga espera del paso de las estaciones para volver a  vestirse de primavera.

Vivian Ceori ©®
Relatos de otoño 2019



jueves, 6 de junio de 2019

Mirar desde el Alma


“El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños.” Eleanor Roosevelt.

La mañana me invita a disfrutar del abrazo de un despertar distinto,  la tibieza del aire que roza mi espalda, el tic tac de los relojes que se coordinan para calmar mi espíritu, pronto el café se sumará a este momento de creación y encuentros. No recuerdo cuándo fue la última vez que me puse a hornear las palabras  y las entregué a disposición del despertar del alba, son eventos que no deberían perderse aun con los compromisos sociales y el trabajo. Sin embargo todo lo que he avanzado me hace retroceder a estos instantes de paz y serenidad plena.  

Otra vez la melodía penetrando los poros de mi piel, otra vez cerrar los ojos y soñar con paisajes maravillosos, ese recorrer de bosques infinitos, el trinar de los pájaros en mi ventana, las cascadas que inundan la fuente de mi imaginación  -“Hay cosas que no necesitan mirarse para que te llenen de gozo”-. Fue así como construí los cimientos de mi poesía, como fui creando un mundo paralelo aislada de la realidad pero con los pies bien puestos en la tierra. A ratos entro ahí para empaparme de magia, para que la pluma habite con frenesí los senderos y  extasiada de tanta belleza despierto para volver a sacar el pincel de mi alma.
Vivian Ceori ©®

Imagen web




lunes, 20 de mayo de 2019

La voz de la carretera



Hace rato que no conversaba con la carretera, los paisajes desde mi último viaje han cambiado, las estaciones marcan muy bien la diferencia entre el otoño y la primavera, sin embargo mi cuerpo no lo siente así, es como estar abandonada a la suerte, sin seguro para las emociones que andan provocando estragos y a la deriva de las nostalgias que se cuelan entre las rendijas simulando al viento.

Necesito un poco de silencio entre tanta ausencia llena de ruidos cotidianos y compromisos sociales. Desaparecer de la necesidad de otros, retomar el hilo de mi vida..."Hay comienzos que dejé a medias por construir sueños ajenos".

En una de mis nuevas lecciones aprendí a poner el "yo" en mi boca, debo reconocer que siempre me guardé para después, agradando a todos, postergando la fuente principal que me alimenta "Mis sueños y proyectos". Así pasa con todos en diferentes ámbitos de la vida, somos seres humanos y tal vez la palabra humanidad nos marcó para siempre al obligarnos a hacer siempre el bien al prójimo y no es que este reclamando, al contrario es un acto tan maravilloso que te llena el alma, hacer felices a otros, pero debemos aprender que la caridad comienza por casa sin descuidar nuestro mundo para poder ser un buen pilar y no desvanecerse a medio camino por falta de fuerzas.

El peso de las obligaciones auto impuestas, el querer la perfección en este imperfecto mundo, el solucionar problemas de otros, defender los valores perdidos, luchar por ideales y muchas otras cosas van desgastando el cuerpo y perforando el Alma.

Hoy aquí... con la voz de la carretera haciendo eco en mis oídos, veo mis pensamientos pasar por una ventana a 120 km. por hora sin saber si llegaré a destino pero con la certeza de que esta conversación traerá grandes cambios a mi vida.
Vivian Ceori ©®
Imagen: web






jueves, 16 de mayo de 2019

Habitar en ti


"Hay pasiones que florecen en el desierto, se riegan con ternura y se alimentan de recuerdos"...  

Déjame detener el tiempo en ese último encuentro,
donde tu boca saciaba a la mía,
tu nariz se fundía en mi vientre,
tus manos dibujaban mis colinas. 


Déjame ahí en ese minuto exacto
donde tus ojos pedían con clemencia
que me quedara y mis lágrimas 
caían mientras cabalgaba hacia tu encuentro. 

En ese laberinto de sueños imposibles,
en ese hogar que juntos construimos,
nos embriagamos de sonrisas perfumadas en café
y que la distancia hoy rompe en mil pedazos. 

Déjame implorarle al tiempo tu regreso,
te prometo que si el mar te arroja hasta esta orilla
gritaré nuestro amor a los cuatro vientos. 

Dejaré  que la ternura se pose  en nuestros besos,
dejaré mis alas quietas y anidaré  en tu cuerpo. 

Vivian Ceori
Pintura: Irina Vitalievna Karkabi|






miércoles, 8 de mayo de 2019

Los ecos de la luna


Que el universo os abrace con el brillo de su aura, que se enciendan las miradas, con los latidos del alma y que la luna nos guíe a través de las ventanas. En sus ecos va versando, susurros de noche llana, en que el amor se quedó a rondar entre la almohada.

Tan llena estaba la luna
y la niebla en mi cama,
se paseaba ante ella
como inquieta enamorada.

La mirose entonces ella,
con una corazonada,
¡ay la niebla está llorando!
¡extraña… la luna extraña!.

Y desde el mismo cielo
él la mira entusiasmada,
tan lejana y tan brillante
y jamás podré tocarla.

La luna se puso triste
al saber los pensamientos,
él la amaba con el alma
y ella con sentimientos.

La noche los refugiaba
sin perder las miradas,
los amantes perdidos,
ya se desesperaban.

Mientras las horas corrían
las esperanzas llegaban,
porque se dormía la luna
al ver asomar el alba.

Y nuevamente la noche
la luna se acomodada,
en la cima del cielo
y las estrellas bordadas.

Nostalgia de luna llena
por no tenerte en mi lecho,
se apagaron mis pupilas
y mi corazón estrecho.

Romance de luna llena
en que la noche me llama,
a buscarte entre las letras
mientras mojo la portada.

Con la tinta misteriosa
que se vuelve aullido errante
en la luna vi tus ojos
y ya no estás como antes.

Te desvaneciste amor,
de mi pecho te esfumaste,
en los brazos del adiós,
a mi alma desolaste.

Y es la luna, luna llena
que hoy viene a recordarte,
entre mis versos rojos
de mi ser te apoderaste.

Tan llena estaba la Luna
tan llena de ti y mi reproche
¿dime si sabes mi vida,
que el amor es un derroche?.

Mientras me juras querer,
por un lado me castigas,
nos miramos en la luna,
y a mi corazón lastimas.

¡Ay luna llena te robaste!
mis versos de madrugada,
tal vez al cerrar los ojos,
le halle entre mi alborada.

Para besarle de nuevo,
para amarlo entre susurros,
para decirle que vuelva,
a ser parte de mi mundo.
Vivian Ceori ©® 

Imagen web 

miércoles, 23 de enero de 2019

Caracolas


 “Jamás un adiós ha de doler si sabemos que volveremos a encontrarnos”


Ya no quedan caracolas
en el mar de mis amores 
solo arena negra y rocas
algas secas sin colores.

Pudo el hombre destruir 
paraísos terrenales 
pero no podrán borrar
mis recuerdos inmortales.

No podrán encapsular
ese viento que yo adoro
ni el aroma de ese mar 
que a mi alma enamora.

No podrán callar el ruido
imponente de las olas
ni la voz de un pueblo 
que despierta a deshoras.

Y aunque cambie mi playa
con el paso de los años 
¡no podrán cambiar mi amor!
¡que por ella vive y llora!.
Vivian Ceori ©®