Entre susurros de luna, rodeada de montañas y
mar, camina por la mañana, ella en soledad, sin contarle al mundo que muere por
amar, entre los sueños de luna que la vienen a buscar…
En ese fogón de una noche de fiesta
traté
de capturarla entre mis ojos,
le
imploré tantas cosas en secreto
y
en aquel ruido de la multitud
me refugié
en una ventana a la luna…
Estábamos
ella y yo confesándonos
aferradas
a una buena copa de vino
añorando
el amor que osó abandonarnos,
estábamos taciturnas y encendidas
aguardando
las huellas de aquel hombre.
A
la espera de que su magia
y
el perfume de mis letras
trajeran
en ese preciso momento
al
ser que tanto se añora…
Llegó
de madrugada desde una gran montaña
me
besó tantas veces que quedé embriagada,
luego
se fue durmiendo con el sol naciente
¡ay!...
¡la luna me abandonaba!
y
el hombre también... para siempre…
Antes de que marchara
me miró implorando disculpas
con la esperanza de verme a la siguiente luna,
desde mi ventana le vi, con su pañuelo mojado,
eran sus lágrimas amargas por todo lo que he
reprochado.
No hay noche que no lo sueñe, jamás lo olvidé,
y no hay día en que me convenza
de que por amor lo dejé.
Antes de que marchara
me miró implorando disculpas
con la esperanza de verme a la siguiente luna,
desde mi ventana le vi, con su pañuelo mojado,
eran sus lágrimas amargas por todo lo que he
reprochado.
No hay noche que no lo sueñe, jamás lo olvidé,
y no hay día en que me convenza
de que por amor lo dejé.
“Ceori”
Cada nota de plata, cada rayo de Luna... la noche dice tu nombre... los ecos de mar susurran y la pluma que te nombra, entre recuerdos y bruma... ¡Ah!... una noche como ésta!... lleva romances de Luna…
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Vivian Ceori