Poesía, relatos, música, mar, fantasía, imágenes, galería de arte, paisajes, libros y vídeos.
Se puede tocar con las palabras lo que no se ve con los ojos, se puede besar con poesía los labios que yacen dormidos; se puede también por un instante infinito... "¡Cambiar el mundo¡".
Tiempos
de hojas secas en los rincones de mi mar, mientras voy abrigando las letras entre
mis cálidas manos que rozan mis memorias.
Ah!!...
como adoro volver a mis rincones, empaparme de mis sonidos, arroparme de mis
perfumes y respirar profundo con mis ojos cerrados escuchando ese bendito
silencio evocado. Silencio: creador, compañero y cómplice de mis
aventuras.
Re
aparezco entre mi tinta azul en pleno otoño, mientras voy regulando los latidos
de mi corazón después de tantos vaivenes y carreras contra el tiempo. Sujeto la
pluma acariciándola con mi puño y danzando en una hoja en blanco que terminará
manchada con las huellas del reencuentro.
Es
hermoso volver a casa, aun sabiendo que los viajes son necesarios. Se ama lo
que se extraña y se valora lo que ya se tiene. Pero siempre volveremos a
reincidir y abandonaremos nuestros rincones acogedores, <<es la Ley de la
vida>>. Es por eso que suelo profundizar
e inundarme de momentos, rescato
pequeñas cosas ordinarias, que hago extraordinarias, y jamás suelto el
sentimiento que me conecta hacia el puente de mis sueños. Puedo recorrer muchas
estaciones, pero siempre sé cuál es mi favorita. Es justamente esa claridad lo
que hace que mi camino siempre tenga una luz de esperanza titilando.
Me
encanta adentrarme en mi mundo, parece una burbuja invencible donde nadie puede
entrar a lastimarme, porque estoy tan ensimismada que nada hace que me vuelque
a mirar o escuchar el bullicio mal intencionado de lenguas contaminadas. Solamente
pongo oído a lo que merece mi atención, a aquello que considero realmente
importante.
Lo que
para algunos suele ser causa de frustración, para mí es una piedra más del
camino, ya sabemos que la vida tiene muchos desvíos para quedarse estancado
tratando de mover lo imposible. Buscad alternativas y encontraréis las soluciones.
La esperanza, y la mirada:
una espera cambios impaciente, aunque a veces se cansa. La otra no deja de ser
espejo del alma. Una se pinta de tonos azules, mientras algunos tratan de
derrumbarla, y la otra no deja de callar lo que las palabras no hablan. Una
mantiene esa luz de faro, la otra a veces se encoge pero luego se levanta.
Hay tormentas que convierten
en un abismo nuestras vidas,
dolores que nos mantienen a
la deriva, vaivenes que azotan
en las paredes del alma
arremolinando el sentimiento.
la impotencia se vuelve ola
agigantada y nada logra que
nos sintamos satisfechos con
el escenario que nos ha tocado.
Arrojar esa rabia y sacudir
las tristezas no es fácil, pasarán días, meses, y
quizás años para lograr el equilibrio,
para volver a sentir que se
calma nuestro mar interno.
Jamás perdamos el coraje, la
fuerza nace de adentro.
Jamás desechemos los recuerdos,
ellos nos mantienen vivos.
Jamás nos quedemos con el
grito atascado,
hay que alzar la voz para
ser escuchados.
Hay vientos huracanados que
nos sacuden el corazón,
Existen pequeñas manos que
nos abren nuevos mundos. Existen nuevos motivos que nos van anclando a un lugar
determinado. Existen seres que cambian para siempre nuestras vidas, y nos dan
un gran giro, desarmando el naipe que teníamos armado. Y no es que se derrumbe
parte de la construcción que ya habíamos edificado, es sólo que al plano de la
construcción del proyecto de nuestro futuro nos toca modificarlo. Podría ser un
inmenso problema mirado desde la inversión del tiempo que hemos empleado, decir
por ejemplo: <<¿pero es qué para allá iba’ , sin embargo hoy todo ha
cambiado>>.
Son justamente esos cambios
inesperados, los que nos recuerdan que en cualquier momento la vida nos hacer
virar el trayecto. Todo pasa por algo, cada giro nos lleva a otros lugares,
nueva gente que conocer, adaptarse a otro clima, trabajo…, tantas cosas que nos
van puliendo y a la vez enseñando, que no podemos ir en este viaje en una línea
recta. En algún momento, tenemos derecho
a desviarnos, ya sea por opción propia o porque algo nos lo está indicando.
Y así la escuela de la vida que
jamás nos cierra las puertas, ¡no importa la edad que tengamos!... nos va
entregando un certificado por cada experiencia adquirida. Nada es porque sí,
todo aunque parezca incomprensible, está bien fundamentado.
Existen pequeñas cosas que
nos hacen más humanos y grandes momentos
que nos vuelven pequeños. Porque en la inmensidad que abarca, el sentirse en
medio de una construcción sólida, basta un pequeño soplo y todo queda desarmado.
Sin embargo, tenemos la ventaja de tener una buena base, y ser arquitectos de
nuestra propia historia.
Por esas
calles románticas y nostálgicas camino, mientras mis cabellos juegan con el
viento, mientras las hojas de a poco van cambiando sus colores y el cielo a
ratos llovizna refrescando las ausencias. Parece que el gris invita a pintar
esa galería interna que todos llevamos dentro.
Mientras
pinto mi hoy, también te recuerdo, y hasta mis mejillas se van abrigando con
ese beso invisible, pero cálido. ES increíble como el poder del pensamiento
trae hasta mí el perfume de tu cuerpo, y
evita que me derrumbe cuando te busco en nuestras andanzas y no estás, pero vas conmigo.
Es por
eso que me detengo a rememorar ese ayer
que nos llenó de ilusiones y esbozo una sonrisa ensoñada, sin contar los días
para que no se haga eterno, y sin poner fecha del encuentro, para que todo sea
un fluir de sensaciones que ambos
acumulamos para cuando nuestras estaciones se crucen y para cuando la
noche le permita al día tomar su mano y hacer de este cuento, algo real y tangible.
Por esas
ilusiones que nos mantienen soñando despiertos y por esos sueños que nos hacen
caminar ilusionados.
“Ceori”
Mis nubes
dibujan tu rostro, mientras se van deshojando las flores de mi verano.
Dicen que los ojos son el
espejo del alma, ellos hablan por sí solos, echan fuera nuestros miedos,
emociones, alegrías, tristezas y frustraciones. ¡Ay! cuánta carga para dos
luceros que dibujan nuestro rostro. Y la sonrisa... ¡ah! no hay sonrisa que no
sea hermosa, aunque a veces guarde nostalgia, aunque a veces sea forzosa. Se
nos salva el corazón que lo cubre la piel y podemos taparlo con la ropa, que
aunque sangre una herida por dentro, nadie lo nota por fuera. A menos que los
ojos demuestren el dolor del alma.
Vamos por la vida tan atentos tratando de que nada
nos lastime. Es por eso que por muy abiertos que tengamos los ojos y por muy
preparados que pensemos estamos, nada evita que salgamos en algún instante lesionados.
A eso le llamó "escuela de la sabía vida". Así que poner escudos no sirve
de nada. En el escenario que nos toca actuar, el día a día no admite ensayo.
Salimos a escena sin un plan
secundario. Todo es primicia, todo pasa en un instante. No hay tiempo de pensar
en una estrategia, la vida no tiene paso 1, 2, 3 ..., o un manual de cómo
enfrentarla, simplemente es, simplemente desarmados y desnudos por ella vamos.
Nos toca vestir el traje que
nos despierta al alba, ese bendito regalo que toca nuestra ventana regalándonos
la luz del día, ya sea con sol, ya sea con nubes, ya sea con un camino lleno de
espinas que podar. Porque somos unos buscadores de soluciones, caminantes que
vamos puliendo el camino, almas que quieren llegar a destino. Somos fuerza,
somos luz. Somos el rostro de nuestra alma.
Por estos días cálidos de
verano, estuve rodeada de mucha compañía, el viento se volvió caricia que
refrescaba las altas temperaturas que sacudían a mi país (Chile). Los paisajes fueron
amigables y caminar por la noche era un
verdadero placer. Aún más si me acompañaba la luna con su mágico resplandor plateado, haciendo regocijarse al mar. Renové un
par de cositas en casa, por no decir dejé la casa patas pa’ arriba, todo por
hacer más acogedores mi rincones. Y aprontándome para los días fríos de
invierno. Ah!!.... Tendré mucho calor de hogar.
Jamás dejé de disfrutar un
buen café. Uno de los vicios que me niego a dejar. Si he de privarme de
cosas, que sea de la tristeza y la soledad. Disfruté un par de conciertos al
aire libre en un pequeño bodegón cultural. Una no anda por la vida creando poemas así no más, hay que
alimentar el alma, hay que llenar esa despensa de emociones que hacen erizar la
piel. Y finalmente unas merecidas
vacaciones que me tienen con una pila, espero de larga duración.
Dejé muchos silencios en mi ventana, pero estaba ahí, sumergida en ese mar que me baña, y encandilada por los ocasos inextinguibles. sin embargo cada momento que vivo lo
plasmo y de alguna manera los tengo a todos siempre conmigo. A eso le llamo abrir la puerta del corazón para que todos habiten en mis sentires.
Y así me muestro sin poner velos en mi imagen, pero siempre tratando de guardar
un poco de misterio, es algo que me es
inevitable. Mis ojos sin misterio serían luceros apagados. Eso no es malo
cuando le pone brillo a tu vida. ¡Y por una vida feliz! – y anótese, el grado
de felicidad lo pone uno-. ¡Por esa vida a la que me aferro!, y por esas letras
que siempre me conquistan, estar de vuelta es mi mejor premio.