No me
abandones al abismo del silencio
ni a la
mano fría de la noche
ni a la
ausencia de tus palabras
que
abrigaron mi alma y mi cuerpo.
No me
abandones en este invierno
que va
develando mi vida,
no me
abandones entre la verdad
que suele
espantar la esperanza.
No
apagues el faro cómplice
que
llevaba a los navíos a mi puerto.
¡Quédate
anclado a mi playa!
y
acurrucame entre tus brazos.
Jamás me
gustaron las despedidas
las
aborrezco!!..., porque marchitan
el
corazón con su manos frías,
las odio
por herir las ilusiones,
y me
estremezco al ver las huellas
alejarse
de mi estancia.
Entonces
cariño mío!!..
¿A dónde
están las alas que me diste?...
el amor
que me brindaste,
el cielo
que de azul pintaste,
y las
flores que decoraron
los
balcones imaginarios de mi casa.
A dónde
están;
el beso
que jamás rozó mis labios,
el libro
que llenamos de poemas,
el
caballero que iba a luchar
por el
amor de su doncella.
A donde
están las golondrinas
los ecos
de mis gaviotas
las
caricias del viento
que ya no
me tocan.
Mis
calles vacías te reclaman
mis
brazos extendidos te buscan
mi
perfume se vuelve nostalgia
y mis
ojos taciturnos yacen sin dueño.
Quédate
amarrado a mi cintura,
aférrate
a mis anchas caderas,
pule mi
cuerpo con tus manos,
sacia mi
boca sedienta de letras.
¡No me
abandones amor!...
Quédate
hasta la primavera,
sólo
seremos tú y yo
en
nuestro mundo de quimeras.
"Ceori"