Un rayo
de luz a mi mañana, como sí el cielo supiera que de él depende la primera
mirada, como si mi otoño consciente de que la luz es importante dejara filtrar
en mi alma destellos de la naturaleza que a mi corazón traspasan. Y así con ese pequeño brote de mi amanecer se
van tejiendo los primeros pasos que me levantan. Atrás quedaron los dolores de
ayer, hoy comienzo un descubrir de emociones y sentires que caminan conmigo. Es
sólo el inicio de la jornada donde las horas irán acomodando mis huellas. Y
aunque a veces la vida parezca que nos tortura con sus lecciones, dolores y
enseñanzas, también nos va suavizando algunas heridas acumuladas.
He ahí
donde el tiempo se hace participe y amigo de cuánta cosa nos pasa. Soplad el
ayer que hoy ya es mañana, y levantad la mirada que el cielo nos habla. No
dejemos que las nubes opaquen los ojos ansiosos de soñar, no dejemos que las
tempestades nos arrebaten las esperanzas. Y vayamos por la vida reconociendo
que es bella, ¡porque lo es!, con sus defectos y virtudes, con todos los
vaivenes que ella nos declama, es digna de ser amada.
Vivian Ceori ©®
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