Y
nuevamente estamos aquí, en esa hora cómplice que nos amarra, sin cadenas ni
obligaciones, sin ti y sin mí, solo en el silencio oscuro de una noche que
quiso romper la voz muda de palabras no dichas ni dedicadas. Entre tantas
cosas que quisiera decir mi pluma calla y tu mirada me busca en la penumbra de
los sueños rotos, mas el cristal por donde miro nuestra vida pasar sigue
intacto esperando ver asomar una luz de esperanza...
Y así pasan las estaciones junto a la velocidad de los días, mientras tu cielo se pinta de azul el mío se nubla y van apareciendo las primeras brisas frescas. No me puedo quejar, espere paciente su llegada para poder refugiarme en sus tonos ambarinos, para recorrer la hojarasca de un bosque solitario pero con tu recuerdo vivo.
Ah!! qué no daría por cerrar los ojos y despertarme en un abrazo tuyo, abrigar mis miedos y cuitas en tu palpitar junto al mío, beber un café perdida en el fondo de tu sonrisa y embriagarme con la dulzura de tus besos. Ah!! qué no daría por ver un ocaso en la profundidad de tus ojos...
Y así pasan las estaciones junto a la velocidad de los días, mientras tu cielo se pinta de azul el mío se nubla y van apareciendo las primeras brisas frescas. No me puedo quejar, espere paciente su llegada para poder refugiarme en sus tonos ambarinos, para recorrer la hojarasca de un bosque solitario pero con tu recuerdo vivo.
Ah!! qué no daría por cerrar los ojos y despertarme en un abrazo tuyo, abrigar mis miedos y cuitas en tu palpitar junto al mío, beber un café perdida en el fondo de tu sonrisa y embriagarme con la dulzura de tus besos. Ah!! qué no daría por ver un ocaso en la profundidad de tus ojos...
Vivian Ceori ©®
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